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Todo tiempo pasado fue mejor…por lo menos había alma May 31, 2011

En tiempos donde gran parte de la música popular suena plástica y desechable, los discos suenan perfectos y muchos carecen de “alma”, el debut de los australianos Wolfmother, fue un soplo, un aire, una bocanada de aire fresco.Y es que a mediados de 2006, desde la mismísima tierra donde nació una de las bandas de rock and roll que más genuinamente representa la esencia misma del género como lo es AC/DC, los australianos emergieron como la nueva sangre de un estilo de música con mucho pasado, pero poco presente.

Tal como los mencionados AC/DC, Wolfmother eligió un camino y una filosofía clara: el rock and roll es para sentirlo, para disfrutarlo, para sudarlo. Y así es su música, una extensión de su filosofía. Aquí no hay sobre producción, no hay sutilezas, no hay temor. Hay actitud, hay coraje, hay energía, hay juventud y ganas de “comerse el mundo”. Tal como la tenían Black Sabbath, Deep Purple o Led Zeppelin, la santísima trinidad de fines de los sesenta. Sus mayores referentes.

Y se nota. Sus influencias por el rock clásico son evidentes. También, por su construcción –son un power trio de bajo-guitarra-batería- se los puede equiparar a Mötorhead. El bajo, en líneas generales es pesadísimo, la batería suena llena, dura y machacante. La guitarra es la que otorga más matices al sonido de la banda. Y vaya que sí tiene matices, como los que aportan los teclados o las guitarras acústicas en algunos temas.

Pero a no confundirse, los matices que ofrece Wolfmother, no los apartan ni por un instante de su estilo. Y eso principalmente, es lo que ofrece un debut, una banda en la más genuina de sus representaciones, tocando como lo hicieron desde pendejos, de cuando decidieron dedicarse a formar una banda. Previo al negocio en sí, de la música. Previo a las disqueras, a la fama, al qué dirán.

Su disco debut está lleno de riffss potentes, es agresivo, furioso, sudoroso, “garagero”, con feeling, con “onda”. Desde el primer tema y ese grito medio esquizofrénico de Dimension, el disco es una montaña rusa, que no deja que te bajes en ningún momento. Es de esos discos que tienen la hermosa cualidad de dejarse escuchar enteros. No hay relleno, se entiende perfectamente como una obra unitaria.

Wolfmother se hace cargo de una historia, no nació desde la nada. Explicita sus referentes en cada acorde, en cada grito, en cada quiebre musical. No inventaron nada, pero que en estos tiempos sigan existiendo bandas que sientan la música como los padres del género, sudando, respirando, estrujando cada nota musical para hacerla una experiencia única, sin duda, es meritorio. Si quieres un sorbo de vitalidad, de energía y de motivación para empezar el día, este disco es una buena opción.

 

 

 

Así suena Wolfmother…»Joker and the Thief»

Y esto son algunos de sus matices:  «Mind’s Eye»